Revista temática Versavice Nº6: Tomemos Concienia.

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La pila es uno de los inventos de uso cotidiano con mayor índice contaminante para nuestra salud y el medio ambiente. En su interior contienen distintos metales pesados y ácidos, según el tipo de pila, que son nocivos. Durante su uso no plantean riesgos, pero con el tiempo, sometida a factores ambientales como la humedad o el sol, sufren un deterioro progresivo hasta que se rompen, liberando las sustancias químicas que forman parte de su estructura. Por ejemplo, un micrópilo de mercurio puede contaminar 600.000 litros de agua al liberar sus componentes de mercurio, cadmio o plomo, que al entrar en contacto con la tierra y luego llegar a la napa de agua, contaminan la cadena alimentaría. Se estima que en nuestro país se consume un promedio de diez pilas por persona por año. La Ley Nacional 24051 determina que las pilas y las baterías usadas son residuos peligrosos. La variedad de compuestos químicos involucrados, la diversidad de utilidades y su asociación con residuos domésticos hace difícil su gestión. La recolección discriminada y su posterior envío a rellenos de seguridad o reciclado sería lo más conveniente. En la comarca actualmente no se cuenta con la infraestructura necesaria para combatir el problema, lo recomendable, según especialistas, es depositar una pila en una botella de plástico, rellenarla de arena, taparla y luego arrojarla a la basura; de esta manera contminará menos. Nunca dejes pilas sueltas en depósitos de agua, la vía pública, el campo ni en el río, no debes quemarlas ni enterrarlas. Su impacto tiene efectos adversos inmediatos o retardados.
Los daños que pueden producir los metales pesados contenidos dentro de la pila también se relacionan con la salud, provocando hipertensión arterial con riesgo de infarto, fatiga, anorexia o adelgazamiento, dolores gastrointestinales, trastornos visuales y temblores, calambres, náuseas, vómitos y en el peor de los casos cáncer. Disminuir su consumo utilizando baterías recargables, evitar el uso de aparatos que necesitan de pilas o baterías para funcionar, no dejar pilas al alcance de los niños, usar energías alternativas; son costumbres que debemos adquirir.

Generemos un accionar de uso responsable en donde se involucre al gobierno, los fabricantes y nosotros, los consumidores, poniendo en práctica políticas ambientales que hagan de la calidad de vida no una declaración sino una REALIDAD.